jueves, 7 de febrero de 2013

Identidad Digital y recomendaciones para menores

Identidad Digital y recomendaciones para menores



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El concepto que tienen los demás sobre nosotros se basa en la información que emitimos. De ésta información depende que nuestro entorno perciba aquellos valores importantes con los que queremos se nos asocie (responsabilidad, credibilidad, confianza...).

El vestir, el aspecto, la forma de hablar o escribir, suelen ser algunas de las primeras informaciones que transmitimos cuando interactuamos con otras personas.

Somos conscientes de cómo queremos presentarnos ante los demás según que circunstancias. Por ejemplo, podemos controlar aquellos aspectos personales que nos interesa resaltar cuando estamos en un ambiente profesional.

En función de las experiencias vividas vamos adquiriendo habilidades para controlar la imagen que transmitimos hacia los demás, realzando lo positivo y descartando aquellos otros que consideramos negativos.

Desde la incorporación de las TIC a nuestra sociedad, la actividad que se genera por parte de los usuarios está quedando registrada de forma permanente en Internet. Lo que se publica sobre nosotros en redes sociales, imágenes, vídeos, comentarios... bien sea añadido por nosotros o por otros, conforma un conjunto de informaciónes que se asocia a nuestra imagen personal y se define como "identidad digital".

Los jóvenes crecen formando parte de esta vida social digital y debido a su falta de experiencia aún no disponen de la conciencia sobre la importancia de controlar la imagen propia. Conforme vayan alcanzando distintas etapas en sus vidas, deberán enfrentarse a la valoración de personas desconocidas y es ya una realidad que la identidad digital se está utilizando como herramienta de valoración.

Participar en un proceso de selección para un puesto de responsabilidad, una subvención o un préstamo, son ejemplos de situaciones que pueden verse inicialmente afectadas si la identidad digital no refleja los valores requeridos para su concesión, pero también puede afectarnos otras situaciones de carácter personal, como por ejemplo, sobre la percepción inicial que pueden tener los miembros de una comunidad a la que pretendamos acceder o seamos recién llegados.

Una vez más, los educadores debemos intervenir en este asunto, recurriendo al sentido común y la experiencia personal para que los menores sean conscientes del alcance de sus actuaciones en Internet y los inconvenientes que el uso inapropiado de la tecnología puede generarles en el futuro, resaltando que éste un medio donde queda registrado de forma permanente cualquier acción que se realice y por ello cuando se comete un fallo, a diferencia que en la vida real, en Internet no existe el olvido.

Como recomendación para la gestión de la identidad digital de los menores destaco tres puntos generales:

  • Prevención: No publiques ni compartas información que pueda comprometerte de alguna forma, ni tan siquiera a sabiendas que la información está protegida y lo haces de forma privada.
  • Control: Vigila lo que publican sobre ti y avisa tus amigos que cosas no quieres que compartan.
  • Limpieza: Borra o solicita se elimine aquellas informaciones publicadas que puedan comprometer tu imagen personal.

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